viernes, 6 de julio de 2007

¿Miedo al compromiso?


Primero que todo, debo decir que tenía bastante tiempo buscando un buen tema con el cual empezar este blog... No se, tal vez estaba un poco baja de inspiración. Sin embargo, me pasó algo que me llamó poderosamente la atención, y me llevó a pensar: Creo que tengo un problema ¡Me aterra la palabra compromiso!

Después de algunos años, me ha dado por culpar a una antigua relación por ese temor que recién reconozco. El haber estado en una relación "tan seria" por alrededor de 3 años, donde estábamos juntos casi que 24/7/365, compartir tantas experiencias, descubrimientos y situaciones, el terminar de modo tan traumático y hasta triste y que aún después de tanto tiempo haya gente que me pregunte por esa persona, son factores que definitivamente, causaron estragos en mí...

Primero entré en la fase de "No quiero saber nada de novios, quiero disfrutar de mi tiempo y hacer todo lo que no hice por andar empatada" lo que en un principio me fue bien difícil, me costó asumir la libertad con la que tanto soñé cuando comenzó a asfixiarme la relación... Además de comenzar a cuestionarme, pues constantemente me preguntaba si (exceptuando el trauma de la ruptura) había sido tan malo en verdad... Luego entendí que la respuesta era: Tal vez no, pero ciertamente, ahora es mejor!

Luego vino el "Ok. No más novios formales (llámese formal, novio que conoce toda la familia, vecinos, amigos y demás fauna asociada)... la próxima vez que traiga un novio a casa será porque con ese decidí casarme" En esa pasé bastante tiempo y bueh, no fue tan mala... Algunas personitas entraron y salieron de mi vida, que en su momento fueron muy significativas, y aún lo son... De cada quien se aprende algo. Pero empecé a pensar que quería algo más estable...

No, no enloquecí... aún.

Estar sola también pega... Pero pues, con la edad y la experiencia, aumentan las expectativas y una se pone exigente (o medio pajúa) y no solo piensa en tener a alguien que te quiera, que se preocupe por tí, que te haga cariñitos y todas esas cosas (que también son medio pajúas, pero demasiado ricas), sino también en alguien estable, profesional o con aspiraciones laborales, "de buena familia" Dios! Cuantas veces me reí de esa frase... Y aquí viene el gran dilema...

Coñ... Cuando aparece alguien que podría eventualmente llenar esos requisitos... ¡Entro en pánico! Así como la gente dice que ve pasar toda su vida frente a sus ojos... Así se aparece ante los míos todo el compendio de traumas y empates infructuosos, la posibilidad de limitar mi adoradísima libertad y un montón de vainas que llevaría un montón de entradas comentar... Y es ahí cuando me pregunto... ¿Será que ahora sí enloquecí?

Y es que ha pasado varias veces que "hay chispas" con alguien... Y todo va excelente, sobre ruedas!!! Las conversas divertidas, los ratos chéveres, cosas en común, algún que otro sentimiento aflorando por ahí... Y es justo en ese momento en que llegamos al punto de no retorno en que ya no vale la canción aquella de "Menos que un amor y más que un amigo", sino que hay que decidir entre una cosa y otra... ¡Lo único que quiero es huir!

Y empiezo a pensar que estoy entrando en la conocidísima por mi pana Enrique "crisis de los veintitantos"... o que simplemente... ¡Le temo al compromiso...!